Desde junio de 2017, más de 500 personas, entre niños, mujeres y ancianos, se desplazaron forzosamente, después de la amenaza de un desalojo violento que iba a ser ejecutado por soldados y policías.

Un contingente de más de mil 400 policías y 400 soldados llegó el 2 de junio del 2017 a Petén para desalojarlos del lugar donde habitaban desde hace décadas. Los comunitarios se vieron obligados a huir de forma apresurada y las fuerzas armadas quemaron después sus casas y sus pertenencias.