La Mesa de Coordinación Transfronteriza Migraciones y Género cumple 11 años de trabajo ininterrumpido en 2018. Desde sus primeras acciones hasta el día de hoy, ha conformado un rico tejido de relaciones entre organizaciones sociales de base comunitaria, civiles, pastorales y académicas, con presencia en los territorios transfronterizos de Guatemala y el sur de México -Tabasco y Chiapas principalmente, interpeladas y concernidas por la grave situación de violación estructural, sistemática y generalizada de los derechos humanos de las poblaciones desplazadas y fronterizas…
LO QUE NOS MUEVE E IMPULSA
En el sur de México y Guatemala venimos de un pasado común de violaciones estructurales y sistemáticas a los derechos humanos contra los pueblos, que tiene como efecto directo e indirecto, un presente de migraciones forzadas cada vez más precarias y violentas; al mismo tiempo las migraciones libres y voluntarias, por distintas razones, forjan parte de la historia ancestral de las identidades territoriales y culturales, y estas dinámicas se hacen más evidentes en las regiones transfronterizas. Ante ello, reivindicamos una historia compartida de luchas y resistencias que forjan caminos de autogestión y organización colectiva hacia un futuro que se rebele, no solamente al sistema en sí mismo, sino que se proponga trascender la desesperanza a partir de la memoria.
De esta forma, la Misión Internacional de Observación de Derechos Humanos MODH fue pensada como un recorrido amplio para la visibilización y reivindicación de las historias comunes entre los pueblos, colectivos, víctimas de violaciones a derechos humanos y personas defensoras en esta región transfronteriza de Guatemala y México, vinculando estratégicamente las luchas sociales alrededor de las migraciones forzadas, las violencias contra los géneros y las amenazas a los territorios, como causas y tendencias estructurales de la movilidad humana en esta y otras partes del mundo en el contexto del neoliberalismo y sus efectos de autodestrucción, exclusión e insustentabilidad.
Reconocemos la memoria ancestral como la primera riqueza de los pueblos, expresada hoy desde las diversas formas y dinámicas de lucha social de los colectivos y organizaciones de base, organizaciones acompañantes y redes de incidencia y (trans) formación política-comunitaria que trabajan por la verdad desde abajo, la justicia integral, así como por la garantía del “nunca más”. La autogestión comunitaria la sentimos como el grito profundo que revive la memoria tejida en colectivo; desde allí, la MODH se plantea como un llamado para acuerparnos en la diversidad de nuestras experiencias y luchas en la región transfronteriza. De esta forma para las organizaciones y colectivos de la Mesa de Coordinación Transfronteriza Migraciones y Género, fue de especial significado las ceremonias espirituales que nos ofrecieron a nuestro paso, por ejemplo en Cobán, departamento de Alta Verapaz y Zaculeu, Huehuetenango en Guatemala, así como en Salto de Agua y San Cristóbal de Las Casas en Chiapas.
Los pueblos transfronterizos se han construido históricamente a partir de un amplio fluido de identidades y territorios, donde la movilidad humana son esos ríos que recrean distintas formas de vida y de pensamiento en conjunto con la madre tierra. En pocas palabras, las migraciones no son solamente ese efecto nocivo de las políticas de desarrollo impuestas por el capitalismo que provocan el desplazamiento forzado, sino también son expresión de un íntimo arraigo de los pueblos en la articulación y configuración de sus territorios. Es por ello que migrar es un derecho en cualquiera de sus facetas como formas culturales de ser y estar en el mundo por parte de familias, comunidades y pueblos; al mismo tiempo que ante las violencias y el empobrecimiento que nos imponen reivindicamos el derecho a quedarnos en nuestro lugar de origen a partir de una amplia diversidad de resistencias y alternativas de autogestión comunitaria…
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Presentación pública del informe