En México encontramos tres tipos de jornaleras y jornaleros agrícolas:
1) Quienes viven y trabajan en su lugar de origen;
2) Migrantes temporales que trabajan en la agricultura intensiva; y
3) Migrantes asentados/as en las regiones de agricultura intensiva.
Las condiciones de exclusión social y económica, así como la marginación histórica, son algunos de los factores que influyen en los movimientos migratorios de la zonas rurales e indígenas de México.
Las y los jornaleros migrantes salen principalmente de tres estados considerados expulsores netos en nuestro país por tener los mayores índices de pobreza y marginación, y son: Oaxaca, Guerrero y Chiapas. Sin embargo también se suman a esta lista los estados de Hidalgo, Michoacán, Puebla, Nayarit, Morelos, San Luis Potosí y Veracruz, mientras que las entidades receptoras netas son Sinaloa, Baja California, Baja California Sur, Durango, Chihuahua, Coahuila, San Luis Potosí, Nuevo León y Sonora. No obstante, el 56.5% de la población jornalera se concentra en ocho estados: Veracruz, Michoacán, Puebla, Jalisco, Estado de México, Sinaloa, Guanajuato y Sonora.
Capsula 1-EL ENGANCHE Descargar
Capsula 2-LA SALIDA Descargar
Capsula 3-EL TRANSITO Descargar
Durante el reclutamiento, enganche y contratación se detectan múltiples prácticas que violan los derechos humanos y laborales de personas inmersas en contextos de movilidad por trabajo agrícola. En el proceso de contratación no se explicita nunca la relación laboral mediante un contrato escrito, ni se comparten todas las condiciones en que se desarrollará el trabajo ni el viaje; no se tiene información fidedigna de los lugares, empresas y nombre de los dueños de los campos, lo que sería fundamental para poder establecer la relación laboral y, en caso necesario, el acceso a la justicia. La mayoría de las veces los acuerdos se establecen a través de intermediarios(as), identificados con el nombre de contratistas, enganchadores o reclutadores. Ellos y ellas juegan un papel fundamental en la cadena de engaños y abusos que se dan en las comunidades de origen, el tránsito y el destino.
En el caso de la población jornalera agrícola, campesina e indígena, la precarización de sus condiciones de vida, profundizan la desigualdad de género, edad, clase y etnia, y contribuye a normalizar las violencias a sus derechos humanos y laborales.
Teresa se prepara para el trabajo Descargar
Teresa en el corte en el campo Descargar
El contrato y las prestaciones de Teresa Descargar
La producción de hortalizas y otros cultivos industriales abarca entre 180 y 210 días de trabajo al año; tan solo 16 cultivos demandan 1.5 millones de jornales al año, es decir el 50% de las y los jornaleros que registró la ENOE.